Después del baño de risa en la cena y de agua fría en la piscina de aller, hoy nos encontramos muy animados en la salida. Tan animados estábamos y poco pendientes de las carreteras, que nos equivocamos de camino en Fuentebureba y tomamos la dirección equivocada, hasta Bribiesca, sin mas importancia, solo son 10 kilómetros mas lo que vamos hacer hoy, retomamos el camino bueno en Cornudilla y un poco mas adelante, entraremos en el pueblo natal de FELIZ RODRÍGUEZ DE LA FUENTE (Poza de la Sal) después una larga subida muy llevadera con una fuente de agua fresca y que culmina en el puerto de Altotero a 1177 m de altitud, hay un monumento dedicado a Feliz Rodríguez de la Fuente, el monumento, es un monolito de granito con un buitre en su parte superior, en la base del monumento se puede leer; Este monumento representa la pirámide ecológica del mundo animal, que el tanto defendio, el buitre leonado, verdadero policía sanitario de este mundo, a ala protección y respeto que precisa para su subsistencia.
Me percato también de la fecha de nacimiento y de su muerte, son el mismo día y mes, con una diferencia de 52 años, que cosas tiene la vida
Seguimos rodando por estos paramos, ahora dirección a Masa que es donde desayunaremos, la carretera no esta mal para como se va a poner mas adelante, en Masa los vecinos del pueblo nos sacan vino, sillas y nos acompañan en le desayuno, uno de ellos, estuvo en el pasa palabra una temporada larga, yo como no veo la tele ni de pasada, pues no le pude reconocer, es lo que tiene no ver la tele.
Cogemos las de Villadiego, y no es en sentido figurado, no, es en sentido real, pueblo judío. En aquellos tiempo estaba al margen de la ley, así que cuando alguien hacia alguna fechoría, se iba a Villadiego, pueblo bonito con un aire a pueblo castellano del siglo 16, con un mercadillo en su plaza central, al pasar por aquí nos dieron a degustar la cecina, carne de monte salada como el jamón, intentamos poner el sello de la credencial en la iglesia y como ya es habitual el cura no esta y no hay sello, así que seguimos con la tónica de los sellos, donde paramos a dormir o a comer sellamos.
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